Responsabilidad, empatía, compromiso y mucho amor

Natalia Fuentes, integrante de la organización, dialogó con Olavarría Hoy, y contó un poco sobre los motivos del surgimiento del grupo y la labor que realizan día a día. Manifestó que “antes del surgimiento de CRAO, cada una trabajaba de manera independiente, ayudando a todos los animales que podíamos, pero nos dimos cuenta que uniéndonos era mucho más fácil” y que la unión se llevó adelante para ayudar a los perros de la calle. 

En cuanto a las actividades que realizan, Natalia relató que se centran en rescatar animales de la calle -en su mayoría perros- los llevan a un lugar de tránsito donde se recuperan y se ocupan de brindarles la atención necesaria, en sus palabras, se encargan de atención veterinaria, traslados y alimentación, “lo único que hace la persona de tránsito es cuidarlos”. 

Luego de la recuperación, el compromiso de CRAO es que esos animales nunca más vuelvan a una situación de calle, hacen todo y hasta lo “imposible para poder ubicar a ese animal en una buena familia” y expresó que les llena el corazón cuando les envían videos y fotos de los rescatados cuando ya están en una familia bien y cuidados como corresponde. 

Las adopciones

Este tema implica compromiso y responsabilidad, dos conceptos que Natalia no dudó en repetir durante la conversación con este portal. Para que una familia pueda adoptar, las integrantes de la agrupación, solicitan cumplir con una serie de requisitos. 

Primero llevan adelante una entrevista telefónica con los adoptantes, luego hacen “una visita a la casa para conocer a la familia, a donde va a vivir el animal y después, si está todo bien, el traslado”. Cuando esto sucede, “se firma un contrato donde dice todos los requisitos que tenemos para los adoptantes y los compromisos que asumen al adoptar a un animal”, detalló.

Entre otras condiciones, se encuentran cumplir con el plan de vacunación y la esterilización. La finalidad de estos requerimientos es la idea de adoptar responsablemente, entender que los animales son parte de la familia. 

Ellas hacen un seguimiento de los rescatados para constatar que están en buenas condiciones. En este sentido, expresó que son los mismos adoptantes quienes les envían fotos y videos de los animales y eso es algo que les llena “el alma porque es una caricia, porque bueno, todo lo que hacemos es por ellos”. 

En otras palabras, declaró que a veces sienten que por algunas cuestiones particulares -perros muy lastimados, quebrados o con enfermedades difíciles- no van a ser adoptados; sin embargo, consideran que siempre hay lugar para una mascota. Contó que cuando las adopciones se concretan es emocionante y les da fuerzas para no bajar los brazos. Porque la realidad es que es una labor agotadora, aunque “lo gratificante de todo esto es cuando vemos a los rescatados en familia”, afirmó.

A la gente la ayuda la gente… a los rescatados, también

Natalia comentó que cuentan con un montón de colaboradores, ya que la parte económica es indispensable para seguir en marcha con la organización y poder ayudar a los animales. Sumado a esto, también realizan cosas que van vendiendo, “tazas, botellas para agua, pañuelos, pilusos, ahora hicimos libretas, anotadores con lapiceras, mates, tenemos autocebantes, mates de ceramica, bueno un montón de cositas que vamos haciendo para poder seguir ayudando”, reveló. 

Asimismo, aclaró que la gente se “copa” con sus ideas, compran, donan cosas. Siempre les dan una buena respuesta a todo lo que hacen. Además, también cuentan con la ayuda de tres veterinarias de la ciudad, y en referencia a esto sostuvo que los médicos veterinarios las esperan con los pagos, atienden a sus animales, a todos los rescatados “de la misma manera que atienden a cualquiera de sus clientes. Así que bueno, super agradecidos siempre con ellos”. Concluyó que siempre es más fácil con la ayuda de todos.