Un olavarriense de 39 años fue detenido por violencia familiar y de género

Un olavarriense de 39 años fue detenido en Azul debido a que quedó firme una condena que le dictaron por un episodio de violencia familiar y de género en un juicio oral que se llevó a cabo en un Juzgado Correccional de Azul.

Policías de la Comisaría Primera azuleña localizaron el jueves pasado a Fernando Nicolás Andía, de 39 años, por disposición de Aníbal Norberto Alvarez, titular del Juzgado Correccional N° 1.}

Por el momento Andía permanece alojado en la dependencia policial ubicada en Belgrano y Las Flores, mientras se espera que sea trasladado a una unidad del Servicio Penitenciario Bonaerense.

El olavarriense fue condenado el 16 de junio de 2022 pero la defensora Oficial que lo representó había apelado el fallo ante la Cámara Penal departamental.

Sin embargo, el 5 de mayo pasado una resolución firmada desde la Cámara por Damián Cini, Carlos Pagliere (h) y Agustín Echevarría ratificó la sanción impuesta en el juicio oral en todos sus términos.

De este modo, se ordenó la detención del hombre condenado y se concretó la misma el jueves.

En el juicio oral donde fue condenado, hallaron a Andía autor del delito de “amenazas simples” y le impusieron una pena de siete meses de prisión a cumplir. Pero en el mismo proceso se unificó una pena anterior que registraba, por lo cual deberá cumplir una pena única de un año y tres meses de prisión, también de “efectivo cumplimiento”.

La sanción anterior de “once meses de prisión condicional” había sido impuesta en el marco de otro sumario penal el 4 de diciembre de 2018 y había quedado firme el 21 de febrero de 2019. Y surgió de un proceso donde al hombre también lo declararon autor del delito de “amenazas”.

El último hecho por el cual el olavarriense fue condenado se debió a que su sobrino fue víctima de un episodio intimidatorio: en Azul, el 31 de marzo de 2019, “le refirió a su sobrino que iba a matar a su mamá, amedrentándolo con sus dichos”, señaló el fallo.

E indicó que “la acción desplegada por el imputado fue idónea para generar temor en el sujeto pasivo, menor de edad, lo que además efectivamente sucedió” y que “hubo una intención de crear una situación de amedrentamiento. Es decir, el sujeto activo conocía que estaba amenazando y quería hacerlo con el fin de alarmar a la víctima”.