

De película. Esteban Alvarado, uno de los narcos más poderosos de Rosario, rival de la banda de Los Monos, intentó fugarse de la cárcel de Ezeiza, con la ayuda de un helicóptero y un grupo comando que colaboró en su plan para escapar de ese penal federal, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Tras el operativo de la Policía Federal Argentina (PFA) hay cuatro sospechosos detenidos, quienes habrían participado del plan de fuga, que Alvarado planificó durante seis meses, con cómplices que estaban fuera de la cárcel.
La investigación, de la que participaron la fiscal federal Cecilia Incardona y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo del fiscal Diego Iglesias, comenzó el 2 de marzo pasado, cuando descubrió que Alvarado compró un helicóptero en Paraguay, que luego guardó en un hangar de la localidad de Gualeguaychú.
Según pudieron saber los investigadores, Alvarado quería que lo rescaten con el helicóptero cuando estaba en uno de los patios del penal de Ezeiza.
Con esa información, detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA y personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF) desplegaron “un complejo y coordinado operativo” de seguridad en el que se detectó, previno y frustró la fuga del penal de Ezeiza del capo narco rosarino, que incluía como elemento central para la fuga, un helicóptero que fue secuestrado junto a otros elementos importantes.
Según el Ministerio de Seguridad, durante los últimos días, en hermético silencio y coordinación, la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA, con la colaboración de las Direcciones de Seguridad y de Inteligencia Penitenciaria del SPF, y la Procunar detectaron y frustraron un plan de fuga que permitió la detención de peligrosos narcotraficantes que integran el círculo de confianza de Alvarado, que cumple condena a prisión perpetua en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.
Los investigadores lograron obtener información de inteligencia criminal que permitió conjurar un plan que llevaba más de 6 meses de planificación y que implicó la compra de un helicóptero en el extranjero mediante complejas maniobras de lavado de activos.
Los detalles del operativo se mantuvieron en estricta reserva para garantizar su éxito y la seguridad de todos los integrantes de las fuerzas intervinientes. Además de las detenciones y el secuestro del helicóptero, se allanaron diversos domicilios en varias provincias, se realizaron requisas en la cárcel federal de Ezeiza y se hicieron allanamientos en un aeródromo privado.
El helicóptero fue interceptado por la PFA en Moreno.