

La inseguridad vial en la ciudad es una problemática con larga data. Cada año, desde la Municipalidad se elaboran informes con estadísticas que desnudan esto. Sin embargo, las acciones que se toman son nulas, aisladas o carentes de sentido. Por ejemplo, algunos semáforos o reductores de velocidad
Particularmente, del 2022 todavía no hay informes oficiales. Sólo se dieron a conocer la cantidad de infracciones de tránsito que se efectuaron. En esa línea, hay que destacar que en ocasiones, los datos están empapados de cierta intencionalidad política: hay veces que conviene dar a conocer cuántos siniestros –mal llamados accidentes- hubo, cuántos fallecimientos, heridos, participantes; y otras veces, es preferible retenerlos y publicarlos a mediados de año, cuando el balance y las acciones a tomar ya no tienen objeto.
Sobre esta temática que preocupa cada vez más, OlavarriaHoy dialogó con Marcos Pascua, ingeniero y tesista en Seguridad Vial. “Me llama la atención es la cantidad de motociclistas que fallecieron, que fueron 7 de las 12 muertes que hubo”, sostuvo. Y agregó: “es un gran tema solucionar, que no estaba teniendo por ahí una repercusión grande”.
Por otra parte, afirmó que hay que pensar en el modelo de ciudad que “queremos ser”. Dijo que “no hay una mirada a largo plazo de eso. Se toman medidas muy aisladas y vamos viendo qué onda. Y me parece que nos está faltando un proyecto de ciudad, sobre todo porque los recursos están”.
Leyes: un paso adelante
El 2022 se caracterizó por algunas regulaciones. Por un lado, la adhesión del Honorable Concejo Deliberante a la regulación de Vehículos de Movilidad Personal de la Agencia de Seguridad Vial, que a su vez promueve la movilidad en vehículos sustentables. Estos son aquellos de una plaza, que responden a la micromovilidad, y que alcanzan velocidades máximas que no superan los 25 kilómetros por hora.
Otra ley, sancionada el año pasado y puesta en vigencia a principios de este, es la de Alcohol Cero. En este caso, rige para los municipios bonaerenses, pero según Pascua, “este año va a terminar con una ley nacional”.
En este sentido, explicó que “es un mensaje interesante que baja el Estado, es un paso adelante y eso está bueno”. Y advirtió: “hay que ver su aplicación, si funciona, si no. Qué tipo de control se van a hacer, a dónde se van a hacer, cómo se van a hacer, si se va a concientizar sobre el problema del alcohol”.
No obstante, sostuvo la ley “no es garantía de que no vaya a pasar nada, pero por lo menos como está, se está bajando el mensaje claro que es bueno: tome lo que tome, estoy en infracción”
Posterior a su aprobación, desde el Ministerio de Transporte de la Provincia de Buenos Aires anunciaron que se buscará avanzar con una ley para bajar la velocidad de circulación en ciudades de 40 a 30 kilómetros por hora. Sobre esto, Pascua comentó que la ley por sí sola no va a cambiar nada, “pero eso te habilita a trabajar otras cuestiones. Si la acompañás de controles, de radares, de infraestructuras, de educación y concientización, la cosa puede empezar a cambiar”.
A su vez, señaló que si bien el peligro es la velocidad a la que se circula, poco se habla de la velocidad precautoria. Esta es “la que te permite tener el control de tu vehículo en función de las condiciones climáticas y de la calzada y en función del tránsito. No es lo mismo conducir por una vía seca un domingo a las 3 de la tarde, que un lunes al mediodía con la calzada mojada. Y eso hace que varíen tus condiciones, por lo tanto no puedo circular a la misma velocidad”.
Por último, cabe destacar que Olavarría tiene las calles muy anchas, y esto sería una de las causas principales de los siniestros viales, consecuencia de la alta velocidad. Entonces, frente a este panorama, “se va a requerir de un esfuerzo y una inversión en infraestructura para que se haga cumplir la Ley, Sobre todo en las zonas de mayor afluencia, como son las zonas céntricas. Todas estas medidas acompañan o van de la mano con la reducción de la velocidad”, cerró el ingeniero Marcos Pascua.