Durante mucho tiempo la palabra robot se asoció a una máquina de rostro impersonal o amenazador, como el famoso “Terminator” que encarnó Arnold Schwarzenegger. Eso se acabó con el desembarco de los robots en la vida diaria, en particular en países como Japón, donde ya acompañan a seres humanos como ancianos o niños con necesidades especiales.
Y este desembarco se confirma este año en el Salón VivaTech de París, el más importante del sector tecnológico a nivel europeo. Hace pocos años saltó a la “fama” un perro robot de la firma Boston Dynamics, que sorprendía por su motricidad, pero asustaba al mismo tiempo a los humanos porque le faltaba una cabeza visible.
La estética de estos aparatos oscila ahora entre los personajes de cómic y los juguetes al estilo de los años 1980. “Al principio nos dimos cuenta de que los niños podían tener algo de miedo”, explicó Do Hwan Kim, patrón de la empresa surcoreana Neubility, para explicar la evolución de su robot de reparto a domicilio.
Para resolver el problema Neubility le añadió dos grandes ojos al aparato, en forma de gran cubo de curvas redondeadas, que gana así en simpatía. En Corea del Sur docenas de robots ya circulan a diario por campus universitarios, campings o terrenos de golf.