

Una vez finalizado el encuentro, miles de hinchas se congregaron en la Plaza Central a festejar. Personas de todas las edades se abrazaron, saltaron, lloraron y cantaron para celebrar el campeonato obtenido después de 36 años. El centro de la ciudad se tiñó de celeste y blanco hasta altas horas de la noche.
En las localidades serranas, también fue una fiesta. Una vecina de Hinojo dijo a OlavarriaHoy que “no hay palabras para explicar la inmensa alegría que generó no sólo en el pueblo, sino en el país y en el mundo entero. Fueron lágrimas, gritos, enojos, sufrimiento. Pero Messi y ese equipo dio y dejó todo en la cancha. Nos merecemos este gran premio y esta alegría para nuestro país”.
No hubo persona que no haya festejado. En su casa, o en las calles, la alegría fue colectiva e inexplicable.