La FIO contribuye a investigar la brecha de género en ingeniería a nivel latinoamericano

La Cátedra Abierta Latinoamericana “Matilda y las Mujeres en Ingeniería” surgió hace casi un año como un espacio de reflexión y acción para promover la igualdad de derechos, oportunidades y espacios para las mujeres en el ámbito académico y profesional, y para el fomento de las vocaciones por la ingeniería en niñas y jóvenes en América Latina y el Caribe.

En plena pandemia la iniciativa mantuvo un alto ritmo de trabajo entre el centenar de representantes de los seis países que la integran. La Facultad de Ingeniería de la UNICEN cuenta con la representación de las docentes María Peralta y Silvia García, integrantes del Comité de Educación de la Cátedra. Desde allí, se está trabajando en una metodología que impulse acciones de investigación a nivel latinoamericano, una tarea ambiciosa pero no imposible.

Este 23 de junio, la ingeniera Silvia García habló sobre estos propósitos, fundamentales para organizar datos, elaborar estadísticas y acciones en función de cada región. “Para solucionar los problemas que tenemos en el mundo necesitamos cabezas que piensen, gente que ponga su intelecto para abordar esos problemas, y la ingeniería no puede darse el lujo de dejar de lado mentes que puedan aportar” sostuvo García en relación a las cifras que exponen, en promedio, una participación femenina del 25% en carreras de ingeniería. “Es central el fomento y la inserción de las mujeres en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés)”, destacó la docente de la FIO.

Un desafío internacional

La dinámica de la Cátedra Abierta es muy activa. Está dividida en cinco comisiones (Vocaciones en ingeniería, Mentoreo, Ejercicio Profesional, Educación y Comunicación) y desde allí no solo se mantienen reuniones semanales sino que además se hacen conversatorios y jornadas internas, por lo que el tema no sale de agenda.

“Trabajar en base a objetivos nos ordena”, aseguró García. “Durante el año pasado hicimos un diagnóstico de brecha de género, en principio dentro de las instituciones de pertenencia de los integrantes del comité de Educación, y también en algunos colegios profesionales”, contó. “Logramos reunir información de doce Facultades de Ingeniería de universidades latinoamericanas. Eso fue plasmado en valores estadísticos que nos mostraron panoramas similares, como el 25% de mujeres en matrícula estudiantil, graduados, ámbitos de gestión, pero también encontramos diferencias”, advirtió la ingeniera. “Por ejemplo, no es lo mismo hablar de mujeres en carreras de ingeniería química donde la presencia femenina es mayor que en electromecánica”, comparó.

La Cátedra sostiene entre sus objetivos el producir investigación sobre el tema. Esta acción es transversal a todos los comités, “entonces el foco estuvo puesto en la necesidad de desarrollar una metodología que permita hacerlo. Como docente de Metodología de la Investigación le propuse a María Peralta evaluar la posibilidad de confeccionar una propuesta que sea ampliable a otros comités, y claro, a toda la Cátedra”, contó la especialista. “Es un desafío muy grande pero a la vez muy satisfactorio poder poner el ADN de la FIO en la creación de una propuesta así”.

Paso a paso

En principio existía un vacío epistemológico operacional de todo tipo. “¿Cómo llenamos ese vacío para hacer la propuesta?”, se preguntó la ingeniera. “Sabemos que cada integrante del comité forma parte de alguna institución y dentro de ella hay investigaciones en curso que pueden tener vinculación con educación, género, perspectivas de ciencia, tecnología y sociedad que pueden nutrirnos, además de las acciones, documentos, protocolos, etc.”, explicó.

Hay tres pilares fundamentales para abordar el tema: el panorama actual, las fuentes de información en cada organización, y el Estado del Arte, es decir, “qué hay publicado en el mundo que puede recogerse”, detalló. “Eso puede sostener la construcción del objetivo, pero tienen que articularse para armar la propuesta metodológica. Y surgió otra inquietud: ¿con qué herramientas? Ahí nos ayudó mucho el tema virtualidad”, aseguró García, que comenzó a delinear la propuesta de trabajo junto a la ingeniera colombiana Silvana Montoya Noguera, de 31 años. “Su mirada desde la juventud le aportó soporte tecnológico a poder pensar herramientas que pudieran ser utilizadas desde cualquier geografía”.

Como soporte virtual utilizaron la aplicación Miro y propusieron el diseño de formularios, para recabar la información disponible. “Ahí aparece nuestra mirada de pensar en una cadena de engranajes para traer la información. El 26 de mayo se hizo un conversatorio interno donde presentamos la estructura de estas bases metodológicas como para mostrarlo desde el comité y tuvo buena repercusión, tal es así que quedaron abiertos a trabajar esto con otros comités”, señaló entusiasmada. “Para mí es muy importante que haya ADN de la FIO, que se puedan tirar semillas que prendan en otras partes”, sostuvo.

“El diseño y la implementación de proyectos de investigación que sirvan para identificar los factores que contribuyen con la brecha de género y que afecta la participación de la mujer en ingeniería, permite que se puedan trabajar múltiples enfoques”, expresó la ingeniera Silvia García, quien destacó la alta actividad de la Cátedra. “Ahora está en proceso de selección de trabajos del tercer libro Matilda y las mujeres, con eso se busca impactar y no desde un lugar de queja o confrontación, sino que busca estrategias para generar lazos y fortalecer las redes”, remarcó. “Hay muchísimo para hacer pero son procesos de cambio largos, por eso es necesario promover acciones que permitan pensarlos”, concluyó la docente de la Facultad de Ingeniería.

Fuente: Facultad de Ingeniería - UNICEN