El intendente Maximiliano Wesner visitó en la mañana de este jueves la nueva sede del Hogar de Talleres Protegidos, que fue inaugurada hace menos de un mes, y que funciona como residencia permanente para personas con discapacidad.
En el predio ubicado sobre avenida Ituzaingó Sur, el Intendente fue recibido por el titular de Talleres Protegidos Alberto Muia y el coordinador del Hogar Alejandro Maly, quienes comentaron cómo se fue dando la adaptación al nuevo hogar.
La historia de Talleres Protegidos se remonta hace casi 40 años atrás, cuando un grupo de padres con ideas, empuje y una enorme voluntad comenzó a soñar con un futuro seguro para sus hijos, que en aquel entonces eran adolescentes. De ese impulso nació Talleres Protegidos, que abrió sus puertas en noviembre de 1984 con un grupo inicial de 10 operarios.
Con el tiempo, esos sueños crecieron y así surgió la idea de crear un Hogar, que contó acompañamiento de toda la sociedad, de las diferentes gestiones municipales, y se pudo construir un moderno edificio que actualmente alberga a una gran familia
El coordinador del Hogar Alejandro Maly destacó que la adaptación de los jóvenes y residentes adultos se da en un espacio dedicado a promover su autonomía, ofreciendo los apoyos necesarios para fortalecer su independencia, con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario que cuenta con médico, psicóloga y trabajadora social, cuidadoras, personal de maestranza y cocineras.
En el marco de un clima de cotidianeidad familiar, el intendente Maximiliano Wesner compartió parte del inicio de la jornada con los y las residentes del Hogar, que comenzaban con las distintas tareas de la rutina, entre las que se encuentra la asistencia a los distintos talleres.
En el marco de la recorrida por el espacio, el Intendente estuvo acompañado por la secretaria de Desarrollo de la Comunidad Laura Gamberini, la subsecretaria de Desarrollo Social María José Maidana y la directora de Discapacidad Laura Arbillaga.
“La adaptación fue sorprendente. Nosotros teníamos muchas expectativas al respecto porque si bien todos los chicos que hoy están conviviendo aquí, ya venían sabiendo que se abría un hogar, conocían el hogar, pero bueno, una cosa es la teoría y una cosa es qué iba a pasar cuando estos chicos realmente estén aquí sin la supervisión de sus familiares con todos cuidadores y cuidadoras que son completamente nuevos para ellos”, contó Maly, en el marco del encuentro.
Asimismo también valoró la importancia de los cuidadores en todo este proceso “la adaptación fue maravillosa no solo de parte de los chicos, sino también de los cuidadores, que para ellos es una experiencia completamente nueva”.
“El hogar era un edificio vacío en realidad y ahora con estos chicos adentro se formó una familia”, resumió el coordinador del Hogar.
De lunes a viernes los residentes del Hogar cumplen con su rutina habitual, son traslados a la sede de Talleres Protegidos donde allí desayunan, almuerzan y participan de los diferentes talleres, para luego regresar a la residencia donde realizan diferentes actividades diarias, bajo la supervisión y el cuidado de acompañantes.