sábado 08 de noviembre de 2025 - Edición Nº1137

Regionales | 8 nov 2025

Inundaciones

La Provincia responsabiliza al Gobierno nacional por el abandono del Plan del Salado

15:38 |El ministro de Infraestructura Gabriel Katopodis denunció que el gobierno de Milei paralizó el Plan Maestro de la Cuenca del Salado, considerado una política de Estado. Productores de Bragado, desesperados por la falta de obras locales, acusan al municipio de inacción y evalúan una rebelión fiscal.


Las lluvias intensas que provocaron inundaciones en el centro de la provincia de Buenos Aires desde hace meses volvieron a poner en evidencia la fragilidad de la infraestructura hídrica y la falta de coordinación entre los distintos niveles del Estado.

En medio de un panorama desolador -con más de cinco millones de hectáreas bajo el agua y pérdidas estimadas en 2.400 millones de dólares-, el Gobierno bonaerense lanzó duras críticas contra la administración de Javier Milei por la parálisis del Plan Maestro Integral de la Cuenca del río Salado, una obra clave para prevenir inundaciones y mitigar el impacto del cambio climático.

Esta es una política de Estado que desde 1997 se viene desarrollando de manera conjunta entre la Nación y la Provincia”, recordó Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense.

"El Gobierno paralizó las obras"

El funcionario explicó que las obras avanzaron de forma ininterrumpida durante más de dos décadas, pero que “a partir de diciembre de 2023, la Nación paralizó los trabajos correspondientes a la etapa 2 del tramo 4, como ocurrió con más de 2.300 obras públicas en todo el país”.

Katopodis advirtió que la suspensión de esa fase, que tenía financiamiento asegurado a través del Fondo Hídrico, “trabo las gestiones para obtener el crédito internacional del tramo 5, que iba a ejecutar la Provincia”.

Según el ministro, la interrupción “ya lleva casi dos años” y frenó una etapa que podría haberse completado en 2024. “En momentos como este se demuestra el verdadero valor de la obra pública y del trabajo mancomunado del Estado. Sin planificación y sin inversión, los daños se multiplican”, afirmó.

Agua al cuello

El reclamo bonaerense se produce mientras productores rurales del interior enfrentan una situación límite. En Bragado, una de las zonas más castigadas, la productora Paulina Bordeu denunció que el municipio no ejecutó obras durante los tres años de sequía, cuando las condiciones eran ideales para avanzar en infraestructura. “Estamos con el agua al cuello por la inacción municipal”, dijo en diálogo con Radio Rivadavia.

Según Bordeu, los caminos rurales se transformaron en ríos y muchas familias quedaron aisladas. “Tenemos animales que se están muriendo por el agua estancada. Se levantan bacterias y no te da tiempo a reaccionar”, lamentó. En su campo, de 500 hectáreas, la tasa vial asciende a entre cinco y siete millones de pesos mensuales, un gasto que considera “sin contraprestación alguna”. Pese a la emergencia, el municipio aplicó un aumento del 25%. “El productor quiere salir adelante, pero si no pagás, te bloquean la cuenta y no podés mover un camión”, señaló.

Ante la falta de respuestas, los productores enviaron una carta documento al gobierno local y amenazan con una rebelión fiscal. Recién entonces, aseguró Bordeu, “el intendente apareció en helicóptero a recorrer la zona”. La productora explicó que la raíz del problema es estructural: el agua que llega desde 9 de Julio no puede escurrir hacia Mechita por el terraplén de las vías y por una laguna cercana a la ciudad. “Bragado es una gran olla que recibe agua y queda estancada”, resumió.

"No pedimos privilegios"

La falta de obras también tiene un fuerte impacto humano. Los trabajadores rurales deben recorrer hasta 50 kilómetros diarios por caminos intransitables para llegar a sus puestos, mientras que muchas familias viven con el agua a pocos metros de sus casas. “Hay gente que no es escuchada y la está pasando muy mal. No pedimos privilegios, pedimos hechos”, insistió Bordeu.

Según cálculos del productor Ignacio Iturriaga, de Roque Pérez, la superficie anegada -2,25 millones de hectáreas agrícolas y una cifra similar de ganaderas- generará pérdidas directas por 2.466 millones de dólares.

“Lo que no se sembró o no se invirtió no es solo plata que pierde el productor: es plata que pierde el contratista, el que vende insumos, el del pueblo. Es dinero que no circula y que no vuelve”, explicó.

Mientras los productores advierten que los daños económicos y ambientales serán “irreparables” sin obras urgentes, el Gobierno bonaerense insiste en que la parálisis del Plan del Salado es un error que costará caro. “Cuando la obra pública se detiene, el agua siempre encuentra la manera de recordarnos por qué era necesaria”, concluyó Katopodis.

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