

De cara a las elecciones del 7 de septiembre, La Libertad Avanza en Olavarría definió un plan de campaña que refleja más temores que convicciones: sus candidatos tienen prohibido hablar con la prensa. La orden fue bajada por Celeste Arouxet, principal referente libertaria, que blindó a la lista local con un solo objetivo: evitar que los referentes del PRO, con más experiencia y visibilidad mediática, terminen ganando protagonismo en la agenda pública.
La estrategia se justifica en público con la idea de “cuidar la marca Milei”, pero puertas adentro la preocupación es otra. Arouxet sabe que sus dirigentes locales carecen de rodaje político y que cualquier exposición frente a periodistas puede transformarse en un problema, ya sea por la falta de respuestas sólidas sobre la crisis nacional o por la posibilidad de quedar eclipsados frente a dirigentes del PRO, habituados a capitalizar los micrófonos.
El encargado de ejecutar la maniobra es Javier Bou, fotógrafo de profesión y hombre ligado a Ezequiel Galli, quien cumple el rol de filtro total: ignora pedidos de entrevistas de medios locales, regionales y provinciales y define qué voces pueden —o no— aparecer en público. El resultado es un malestar creciente en el ámbito periodístico y la confirmación de que la campaña libertaria se maneja bajo un esquema cerrado y verticalista.
La lista en Olavarría está encabezada por Nicolás Zampini, abogado de 29 años, y acompañada por María Eugenia Dumerauf, comerciante de 31 y vecina de Sierras Bayas. Su juventud es presentada como un valor, pero en la práctica es el propio espacio el que los mantiene invisibilizados, sin margen para contar su historia, mostrar proyectos o defender al gobierno de Milei. El mensaje interno es contundente: que Milei sea el único que traccione votos y que ningún candidato se aparte de ese guion.
Este medio intentó en varias oportunidades entrevistar a los candidatos locales de La Libertad Avanza obteniendo siempre la misma respuesta "No estamos haciendo medios" o "eso lo coordina Javier (Bou) tenes que arreglar con él". Sin embargo luego de escuetas respuestas esquivas, el referente de comuniación libertario simplemente dejó de responder a los requerimientos, evidenciando que no hay una respuesta para la falta de presencia de sus candidatos ante la prensa.
La estrategia del silencio no es un caso aislado. Se repite en distintos distritos bonaerenses donde La Libertad Avanza optó por invisibilizar a sus listas locales y anular el debate público. El costo político es claro: la fuerza libertaria reconoce que, en el terreno de la exposición mediática, el PRO se mueve con mayor soltura y amenaza con ocupar el lugar que Arouxet busca retener a toda costa.
La apertura a los medios representa un riesgo para los candidatos libertarios que podrían perder protagonismo frente a los dirigentes del PRO, mas acostumbrados a enfrentar a la prensa, lo que suma otro elemento de temor para LLA que en el marco del acuerdo provincial terminó sumando a las listas a candidatos que otrora fueron calificados como "enemigos".