lunes 09 de junio de 2025 - Edición Nº985

Política | 6 jun 2025

Metida de pata

Los datos desmienten a Lascano: el cemento no repunta y la obra pública sigue frenada

La crisis golpea con fuerza a pesar del intento libertario de construir un relato optimista a nivel local


El reciente cruce en redes sociales entre el titular local del PAMI, Guillermo Lascano, y el periodista Jorge Scotton, dejó en evidencia no sólo la tensión entre referentes de La Libertad Avanza y la prensa, sino también una preocupante contradicción entre el discurso político y los datos concretos.

Lascano había compartido declaraciones del CEO de Loma Negra, Sergio Faifman, que sugerían una recuperación en el sector cementero y en la obra pública. El dirigente libertario utilizó ese testimonio para reforzar una visión optimista del contexto económico, en línea con la narrativa oficialista a nivel nacional. Sin embargo, la realidad muestra otro panorama.

El relevamiento más reciente de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland —clave en una ciudad como Olavarría, que produce cerca de la mitad del cemento del país— indica una caída del 8% en los despachos durante mayo en comparación con abril. Se trata de la segunda baja mensual en lo que va del año, y se suma a una caída interanual del 1% respecto a mayo de 2024, año que ya había sido uno de los peores en materia de consumo de cemento.

El informe también destaca que el mayo de 2025 fue el peor en varios años, con excepción del registrado durante la pandemia, lo que desmonta cualquier narrativa de repunte. Esta contracción está directamente vinculada al freno casi total de la obra pública, una política promovida por el gobierno nacional y que ya deja secuelas visibles en la actividad económica local.

En este contexto, las afirmaciones de Lascano quedan no solo desmentidas, sino expuestas como parte de un intento de imponer un relato oficialista desconectado de los indicadores reales. En su intercambio con Scotton, el funcionario no solo omitió mencionar los números del sector, sino que también desacreditó el trabajo periodístico que se limita —como es habitual en la práctica profesional— a citar fuentes y contextualizar declaraciones.

El dato curioso y no menor es que los despachos de cemento no son una estadística marginal: su comportamiento incide directamente en los ingresos municipales, en el empleo local y en la cadena productiva de la región. En otras palabras, falsear o maquillar estos indicadores tiene consecuencias reales, y minimizarlas en función del relato político solo profundiza la desinformación.

El caso no es aislado. La confrontación de funcionarios libertarios con medios no alineados ideológicamente se vuelve cada vez más habitual. Tanto Lascano como la titular local de ANSES, Celeste Arouxet, mantienen una relación distante —cuando no directamente hostil— con la prensa local, a excepción de los canales “amigos”. Esta tendencia, replicando el modelo Milei a nivel nacional, plantea una pregunta urgente para el escenario local: ¿qué lugar ocupará el periodismo en una gestión pública que prioriza el relato antes que los datos?

En un momento donde la transparencia y la información verificada son fundamentales para comprender la magnitud de la crisis, el desprecio por los datos y el señalamiento constante a los medios críticos no es solo un gesto político: es una forma de vaciar el debate público.

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