martes 17 de junio de 2025 - Edición Nº993

Locales | 25 jul 2023

Colegio Nuevas Lenguas

“Si no fuera por el Estado, no estaríamos acá funcionando”

Mientras que destacan a la institución como “ejemplo de transparencia” en la comunidad, el colegio que funciona bajo la modalidad de cooperativa lleva 13 años ofreciendo una formación primaria y secundaria. En plena pandemia, Nuevas Lenguas logró obtener el subsidio provincial. Sus autoridades dialogaron con Olavarría Hoy y remarcaron la importancia de un Estado “que está presente”.


“Estado sí, Estado no”, el debate no es nuevo pero vuelve al centro de la escena en esta campaña electoral –como en tantas otras- donde asoman defensores y detractores.

En este contexto, el director de nivel secundario del Colegio Nuevas Lenguas, Sebastián Zuasnabar, y quien preside el Consejo de Administración, Juan Pablo Arouxet, expusieron a las claras la importancia de tener “un Estado que está presente”.

La historia de Nuevas Lenguas empezó a escribirse en 2010 y nació bajo la modalidad de cooperativa, aunque recién en pandemia logró conseguir el subsidio provincial que se destina a los colegios bonaerenses de gestión privada. Con esos fondos solventa los sueldos de los docentes que se desempeñan.

La ecuación es sencilla: la ayuda estatal no solo permitió a la institución continuar con sus puertas abiertas, sino que también benefició a las familias olavarrienses que optaron por esta escuela para que sea formadora de sus hijos. La cuota, que era una de las más caras en la ciudad, se redujo en alrededor de un 40% gracias al subsidio provincial que cubre los salarios del personal docente.

En sintonía con su propia historia, el director de Nuevas Lenguas fue contundente: “la educación necesita del Estado así como otros ámbitos. Ése es el lugar donde queremos poner la discusión”.

A esta altura, y con una pandemia de por medio, “no sé si estaríamos funcionando ahora si no fuera por el Estado. No fue mágicamente que alguien pensó que este colegio era una buena oferta, pero la educación necesita de un Estado presente, como muchos otros aspectos de la vida social. En eso hay que ser transparentes: gracias a ese subsidio nosotros estamos abiertos. No sé si esta cuestión está tan clara en todas las escuelas de gestión privada”, resumió.

Y esta presencia del Estado no solo se traduce en la subvención tan necesaria, “también llegan un montón de recursos. Desde hace dos años, por ejemplo, todas las escuelas ya sean públicas o privadas reciben los libros de estudio para todos los alumnos. Eso es súper importante también en pos de una educación más igualitaria”.

Bajo los pilares del cooperativismo

El Colegio Nuevas Lenguas está asociado a la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de Buenos Aires (FECEABA) y se destaca por la comunicación que realiza del alcance de los ingresos que percibe vía matrículas y vía estatal.

Con niveles primario y secundario, además de la currícula tradicional, mantiene convenios con organizaciones de la economía social como la Cooperativa Madre Tierra, es Unidad de Apoyo de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), ofrece descuentos en las matrículas a quienes lo necesitan y promueve una conciencia ambiental, popular y soberana.

Nuevas Lenguas es el único colegio cooperativa en la Región 25 que integra Olavarría junto  con Azul, Bolívar y Tapalqué; pero hay muchas en territorio bonaerense, gran parte se ubica en el Conurbano.

“La mayoría de las escuelas no tienen dueño sino que son organizaciones sociales que llevan adelante un proyecto educativo. La mayoría están emplazadas en el Gran Buenos Aires,  nacieron como merenderos o como espacios que daban ayuda escolar a los pibes”, contó Arouxet.

No existe un registro actualizado de cuántas habrá, pero se está realizando un relevamiento para conocer el número certero de estas instituciones en la Provincia. Sin ir más lejos, el mes próximo habrá un encuentro provincial en Mar del Plata para debatir sobre esta mirada de gestión de social, pilar básico de las escuelas que son cooperativas.

 “La educación no es un bien rentable”, expuso el presidente del Consejo de Administración de Nuevas Lenguas, quien supo ser también director de la institución.

Y bajo ese precepto, el colegio basa su enseñanza. “Esa es la filosofía”. En este camino por ejemplo, con la Cooperativa Madre Tierra se mantiene vigente un convenio a través del cual la escuela adquiere los productos alimenticios que otorga como merienda a la matrícula que suma 154 alumnos en Primaria y 187 en Secundaria. “Ellos son nuestros proveedores”.

También hay acuerdo con otras instituciones entre las que podemos mencionar la Cooperativa Viento en Contra, esta organización que creció exponencialmente en los últimos años de la mano de sus trabajadores. Es que además de la formación curricular propiamente dicha, la escuela brinda formación extracurricular y también propuestas que se vinculan con el cuidado del medio ambiente y la importancia del reciclado.

Sobre las propuestas extracurriculares, los estudiantes acceden a dos o tres horas más de inglés de acuerdo al nivel educativo que estén transitando. Suman informática, nuevas tecnologías, ajedrez, taller de matemáticas y taller de ciencias; entre otros.

La dinámica de clases también hace que el Colegio sea diferente. “Queríamos tener otra impronta porque en realidad el cooperativismo no es sólo una definición, es una manera de militancia”.

Puertas adentro, entonces, el eje pasa “por la forma en que podemos llevar el cooperativimo como forma de enseñanza. Queremos fomentar el cooperativismo cambiando estructuras de salón y de clases”.

Ya no son mesas individuales sino redondas “que permiten un trabajo cooperativo: siempre es mejor el resultado cuando las cosas se hacen en conjunto, entendiendo que podemos complementarnos”, destacaron.

Y explicaron que “desde nuestra concepción de la educación como estudiantes, como docentes estudiantes y docentes ya en funciones, siempre ha habido una mirada individualista. Romper ese paradigma es difícil y no es un camino recto; pero es posible”.

Para ello, “es necesario deconstruir primero. Y vale la pena hacerlo. Es un nuevo camino, pero creemos en esta construcción colectiva. Es saber es una construcción colectiva, lo entendemos de esa manera. No es lo que el modelo tradicional nos ha mostrado”.

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