

El papa Francisco recibió este sábado el alta de la bronquitis que lo tuvo tres noches internado en el hospital Gemelli de Roma y, antes de retomar su agenda de trabajo en el Vaticano, planteó en un diálogo improvisado con periodistas: “Aún estoy vivo”. En esa línea, agregó que solo sintió un malestar y que nunca tuvo miedo
Tras firmar el yeso a un niño que se había fracturado el brazo jugando al fútbol, el pontífice aseguró durante su diálogo con la prensa que “el encuentro más bello” que tuvo en su internación “fue con la gente que trabaja ahí”.
“Se necesita heroicidad y tanta ternura. Los enfermos somos todos caprichosos, admiro tanto a la gente que trabaja en los hospitales, médicos, enfermeros, todos”, planteó.
Al dejar el Gemelli, el Papa bajó del auto y saludó y abrazó a algunos fieles presentes en la puerta del hospital e incluso rezó con una pareja que lo esperaba. Desde el hospital, y antes de volver a su residencia, el Papa fue a la Basílica de Santa María la Mayor a rezar por los niños con cáncer y del sector de neurocirugía infantil a los que visitó durante su estadía en el hospital, además de por los enfermos en general y por quienes sufren por las enfermedades y la pérdida de seres queridos, explicó el Vaticano.
Francisco se mostró así recuperado del cuadro por el que fue ingresado el miércoles a media tarde y por el que recibió tratamiento con antibióticos en la habitación papal del piso 10 del hospital en el que ya había estado tras la intervención al colon que sufrió en 2021.
DIB