viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº569

Regionales | 14 may 2019

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La Facultad de Ingeniería impulsa acciones sobre el uso medicinal del Cannabis

La FIO analizó varias muestras de aceites derivados que acercan médicos que acompañan a sus pacientes en la decisión de incorporar este complemento. El Doctor en Química Gastón Barreto lleva adelante distintos proyectos para el tratamiento de distintas patologías.


A dos años de la aprobación de la ley de cannabis medicinal y su reglamentación parcial, la situación de las personas que acuden a los derivados de esta planta para tratar diferentes patologías que van desde la esquizofrenia al dolor crónico, pasando por trastornos del espectro autista y cáncer, es la misma: dependen del autocultivo, el cultivo solidario o los productos derivados que compran sin conocer su procedencia.

 

Tener una planta de marihuana es ilegal. También lo es tener un aceite de cannabis que no sea el Charlotte’s Web (el único habilitado por prescripción médica para la importación, en Argentina). Sin embargo, sólo basta con googlear un poco para que se despliegue un mercado de estos productos, que en el caso del óleo ascienden a un valor de hasta 3 mil pesos los 10ml. “Personalmente no recomiendo comprar el aceite. Esto es ilegal, no se compra”, sostuvo tajante el Dr. en Química, Gastón Barreto, y agregó: “Es más que nada un planteamiento ideológico, porque si hay necesidad personal de consumir, se requiere un compromiso desde otro lugar”.

 

 

Ese lugar es la información, acompañamiento y acciones concretas que resguarden la salud de las personas. En este sentido, desde la Facultad de Ingeniería de la Unicén, el docente dirige proyectos que contemplan varías líneas, como la formación con sustento científico, o el análisis químico de derivados cannábicos que acercan médicos que acompañan a sus pacientes en la decisión de incorporar este complemento.

 

Hasta el momento se han analizado alrededor de 15 aceites; su composición cualitativa, su determinación cuantitativa de THC (Tetrahidrocannabinol, el componente psicoactivo) y CBD (cannabidiol), y el análisis microbiológico, todo en los Laboratorios del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología de los Alimentos de la FIO. “El pedido lo pueden hacer los médicos a través de una planilla que se solicita a [email protected]”, señaló. Hasta el momento, todos resultaron con niveles dentro de todo normales, y lo más importante, sin presencia de contaminantes bacteriológicos.

 

Con el marco regulatorio existente, “la vía más segura es asesorarse, acceder a los talleres de las ONG’s y obtener tu propio aceite, siempre con acompañamiento médico”, remarcó Barreto. La realidad muestra que el consumo de aceite de cannabis está cada vez más instalado para diversos tratamientos, a pesar de que la única patología bajo la órbita legal es la epilepsia refractaria. “Es en el único caso donde un médico puede recetarlo y se puede importar”, afirmó. También hay otro recurso y es el amparo legal para poseer una planta: “hay pocos en el país, pero han hecho lugar al cultivo familiar para el uso medicinal. Sin amparo estás expuesto legalmente, que es lo que sucede con el 99 por ciento de las personas que están cultivando con estos fines”, señaló el investigador.

 

 

Salud y Cannabis

Como una de las primeras acciones, la Facultad de Ingeniería impulsó junto a la Facultad de Ciencias Sociales, la Escuela de Ciencias de la Salud Cannabis Activa Olavarría y CAMEDA (Cannabis Medicinal Argentina) el curso "Salud y Cannabis", declarado de interés legislativo por el Honorable Concejo Deliberante. Se trata de una materia optativa, abierta y gratuita, que cuenta con la asistencia de 50 estudiantes de Medicina, más una veintena de personas que asisten a los módulos de su interés particular. El viernes, el Dr. Gastón Barreto estará a cargo del módulo sobre Química de Cannabis.

 

Se trata de la segunda materia electiva de este tipo en el país, y la primera que cruza tantas disciplinas, ya que entre sus docentes hay profesionales de antropología, medicina, psiquiatría, química, bioquímica y abogacía. “Estamos recorriendo mucho en pasos firmes desde la academia, aunque el proyecto es más de militancia que de otra cosa”, expresó Barreto, que junto a los referentes de cada institución, trabaja con investigadores/as, docentes y nodocentes de la UNICEN.

 

Finalmente resaltó que el tema ya está instalado socialmente, y que “antes tenía más consultas de personas que pensaban que era doctor. Hoy la gente se las arregla, lo compra por Mercado Libre. Por eso hay que discutir adentro de las instituciones el cómo se controla”, y apuntó: “no puede seguir librado a que cualquiera consuma cualquier cosa ni a que se genere un mercado paralelo negro del cannabis de uso medicinal. Acá es donde surgen sentimientos ambiguos: todo lo que se trabajó para poner el tema en escena; el Estado y una ley en año impar porque es electoral y no se instrumenta; la falta de marco regulatorio, terminó por alimentar un mercado negro. La gente sigue en la misma escena que antes de la ley. Tal vez con un poco más de flujo de información, pero igual en la sombra”, concluyó.

Fuente: FIO

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